22 julio 2007


Hoy he despertado del profundo letargo donde se encontraba divagando mi ignota consciencia.

De repente, de un imprevisto casi inexplicable y como si mi intuición me fallara. Sucedió algo impredecible, que agito mi corazón hasta hacerlo revocar de ambiguos sentimientos fusionados con la curiosidad. ¡Empecé a explorar! Entonces, fue así como toque la puerta de mis memorias para visitar la tumba de mi pasado.

Allí estaba. Como quien no hubiese visto a través del espejo aquel contubernio entre los amantes de luna.

Procedí a levantar el manto de acero negro que cubría la luz de sus ojos, y a quitar el dique que obstruía el repudiante olor que emanaba su cuerpo.

Se levanto. Con la felicidad entre su sonrisa. Como aquel canto de alegría que emana la tierra cuando después de una larga noche resurge el sol. Me miro a los ojos y suspiro.

¡Entonces tuve miedo!

Fue quizás por cobardía o por ignorancia. Pero tuve que huir. Volver a mi mismo y adentrarme en la realidad. No fui capaz de comprender ni de enfrentar aquel monstruo interno que aguarda enfrentarme. Cuerpo a cuerpo.

Pregunto ahora quien soy para tener un desprecio hacia ti. Hacia esa bestia. Hacia mi mismo.

Muchos opinan que al plasmar mis pensamientos en cuerpos corpulentos como una simple hoja. Las guerras púdicas ya antes mencionadas vuelven a resurgir.

Será este el dilema… como dice Shakespeare……!!!!!!

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