07 agosto 2007

Ahí esta ella


Ahí esta ella, que marchita el vientre de la noche, y que vuelve cenizas los sueños de mi alma, que deambula por la sombra de mis ojos, haciéndome creer en la música de lo imposible, que desnuda mis versos en sonetos añejos para vencer al poeta que engaña a los enamorados.

Ha vuelto mi amor lúgubre y escondido, con su frívolo aliento que mata las esperanzas. No se si creer en ella, no se si matarla. Dejar de ser para no verla, o verla para dejar de ser. No tengo más dilema que el lamento, siento lo que me duele y me duele lo que siento.

No puedo mas, hasta aquí llego mi tributo de besos al aire que resuenan en los mil tambores de mi corazón.

Adiós vida mía, adiós hasta jamás.
Sol sin luna, luna sin sombra, me acostare a dormir, ha llegado mi hora

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