21 noviembre 2007

Dos silencios




Dos silencios

Me siento entre dos silencios
silencios cotidianos
que son comunes al final
silencios terminados
un silencio oficial.

El estruendo de tu eco
de aquella dulce melodía
hoy me vuelve plástica
plástica del día
como las horas que pasan
siempre al sol y la noche tendidas.

Has dejado una huella insonora
en el centro de mis pupilas
que sigilosas y en vigilia
son incrédulas las tuyas y las mías,
las tuyas que mi corazón adora.

Un silencio viene de mis tambores
que se detienen solo por esta vez
mientras ríen los caracoles
buscando compañías
saboreando en la brisa los sabores.

Un sabor dulce y en silencio
me besa los pezones
sopesando las razones
de tus palabras comunes
que en un murmullo son conciertos.

Me he frisado ante tu mirada
mientras los duendes se burlan
llamándome tonto
cuan ingenuos son los sedosos
labios que han tocado los míos.

Un lienzo de rocío decide palparme
mientras yo inmutable
veo los dedos de las ramas
que tejen como lanas tus partes
que desean tocarme.

Un silencio mudo, un silencio bello
dos silencios distintos
uno externo
otro poderoso y brutal. Un sello
sobre mis pechos que libera.


Hoy entre dos silencios
se ha quedado mi cuerpo
y entre la luz y los mares
veo las sirenas que agitan besos
y como aplauden las sales.

Una boca de Dios que succiona
la lluvia de tus sonidos
y en cielo de tu boca los gemidos
que duermen como Leonas.
Dios se sorprende.

Desde adentro calla mi sien
y lloran mis tetas
como un vil anacoreta
decidiendo no volver a matar
algún sentimiento.

Desde tus ojos ves mi foto
posando ante las nubes
que en tu ojos se hunden
como en el seno de locos.
Soy poeta de un café.

Solo hasta ayer
mi vida corría en solitario
rompiendo huesos de hombres
armando pedazos de estiércol
agitando. Amando. Cociendo.

Hoy me has puesto lento
entre dos lúgubres silencios
Hoy solo con una palabra
me has callado ante el tiempo.
Hoy has sellado mis labios.

Has sembrando en mí jardines
en mis labios fresas de cofresí
en mis parpados paz de un jazmín
en mi cabeza una ciprés encadenada
y en mi deseo una manzana


Hoy me has puesto entre dos silencios
con dos dulces palabras.

No hay comentarios: