14 febrero 2008

A Alicia Mendez


En este congelamiento de mis dedos
he decidido renunciar a tus palabras, pasado
reminiscente que me amenaza.

No quiero más monstruos implacables que siguen mis pasos
fantasmas de soldados desmembrados
muñecas en mis dormitares mordiendo mi piel
payasos misteriosos bajo mis colchones
pasos sigilosos en mis aposentos
rostros amorfos que espanten mi aliento
diablos escondidos en los espejos
mujeres con uñas de lagarto
gritos sordos que te rompen el pecho
rosas venenosas ante la mirada
besos que te constriñen ante el placer
no quiero botas, ni pies, ni un color negro.
No quiero mas catarsis personales
Quiero cabalgar en la panza del esperado
desencadenar mis falsos preconceptos
ser translúcida y sin defectos
ser glucosa resilente ante el miedo
Quisiera tragar con boca de O a los etéricos
beber la vitalidad de los espectros
voy a confundir a todo lo siniestro
dividiendo mi vida entre dos silencios.

Quiero atravesar el otro lado del espejo

Hoy quiero dormir tranquila
y que me entierren en la talega de los santos de la tierra.

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