Las playas exhiben dichosísimas faldas
una sola cruz sembrada en el camino, el sol que la baña
la lluvia que descansa, y el cielo vuelto ascuas
doce vestidos de amor color cielo
cientos de pajas blancas que desuellan pequeños pescados
la cabeza de medusa se alimenta otra vez de algún dormido
una sola caricatura fresca te muestra las aves
en cuyo lomo navegan piratas a carbón.
El horario matutino se ha perdido, el nocturno se ha esfumado
el tiempo no es óbice para desatinos, prefiriendo los torpes,
el mar canta mientras clavada y desnuda
continúa ondeando su lacio crin de caballo
y perpetuas marineras te harán rondas de coral
entren trampas funestas sentirás el dolor
y del dolor aprenderás a sentir placer
solo el placer te hará soportar el vivir
entre la blanca espuma y el día que abruma
escabulléndose el cielo entre naves y dunas.
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