Gota

La madre es gris, sus brazos blancas serpientes
en cada pelo de medusa se marca
alegóricamente la tierra
tus danzas constantes siempre presentes
igual que el clorofila escaso
como uno más del hijo del sol.

Desde una arista se desliza en silencio, como siempre
una lagrima del día en forma de O, expandiéndose
al besar la cara de su madre
como una gota estalactita
que ruge ante su universo en miniatura
venerando sus creaciones, como realidades.
Son solo dos visores que te captan
ante tu forma efímera aferrada al vacío.

Un sabor peculiar despides fuera de la cuenca
de la cuenca de los ojos
un apestoso dolor te hace escapar
si yo estuviera en tu lugar, no me expandiría.