21 mayo 2008

La pastilla multicolor



Está bien.
La probaré.
¿Basta con una y media?
no me vasta para visitar
¿Soñar a ojos abiertos, con las maravillas?
Entre la risa las penas suben, sin volver,
sin nuevos destinos.
La victima baila y dentro llora
ofrece entre silencios las ganas hartas
de un dormir para despertar al asecho.
Las ansias de los besos se reflejan
y entre las miradas el deseo anciano
la vagabunda soledad que entre abrazos
se oprime.

¿Soy un invitado de honor?

Sin dinero consumo el precio que otros pagan,
mi cuerpo es una sola mueca redonda,
mis huesos rozan sus gemelos,
mis ojos tintineantes destellan
entre cambios de luces, chispando entre parpadeos
como una falsa historia que disfraza situaciones.

Vuelven y se acomodan los ofrecimientos.

La noche no existe, el sueño tampoco.

Mi pecho es baile nocturno que convulsiona
ante suplementos nerviosos,
mi cuerpo sin deseo;
otra cara es besada,
entre los labios me alegro, ajenos por lo regular,
que entre alegrías ajenas alegran mi vida
aumentando mis tristezas.

¿Quién irrumpe mi sueño?

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