21 mayo 2008

Rompecabezas


Las piezas despegadas guardan fragmentos
episodios de la vida, que leen las manos
ubicando, volviendo a su lugar cada partitura
como un rompecabezas que proyecta escenas luminosas
alzando sus luces a las mentes vigilantes,
cual organizador de gritos y recuerdos.

Aún la felicidad no se ha resplandecido con todo su poder
ni la tristeza ha expresado su más terrible amargura
como una gallarda enfermedad del alma,
ajena del deseo del cuerpo.

El mal te mata matándose a si mismo
el bien te reaviva creciendo en ti
una pieza de sufrimiento se pierde bajo la mesa
los artículos pegados parecen esqueléticas preocupaciones
el centro de gravedad de su universo, desvanece
un cuerpo.

Un cuerpo inerte, por una pieza faltante como cimiente
afectiva, es solo un centro.

La locomotora no enciende ni gira
como el cadalso, como las sandalias de dios
girando cual boomerang de plegarias atendidas,
el día termina, y un espacio queda vacío,
sin valor ni esfuerzo para continuar
Se aleja otra vez y te asquea.

Te recuerdo que la necesidad de creer en algo
es enemiga de los cobardes
y lloras cual soldado manco bajo el sol.

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