Se empezará a devorar
la carne de oro que nuestro ojo vigila
y dará vuelta la piedra
mugiendo las noches
exudando los misterios
y el fuego azul de sus gusanos
nos hará chisporrotear.
Un júbilo nocturno exhumará
de cólera nuestros pecados
el oficio dardo
los punzantes rozamientos
y yo.
La fila de esferas bañadas de sombras
nos desayunan en madrugadas
del sabio burlador
de matutinos viajes
y de rutina.
Tengo ganas de darle otra vuelta
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