Aquí yace el chico del capricho
-dirá la lapida de mi tumba-
el casi poeta de los fracasados.
Tendré solo aire tóxico,
pequeños colosos carnivoros,
una espesura de negros
ningun recuerdo, ninguna memoria
y una presencia desapercibida
quedara como un fantasma en vida.
Mi sarcófago ausente de folres;
como una magdalena sin bolso,
sere el olvido, sere silente,
nadie llorara mi muerte.
Aquí yace el chico del capricho.
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