Yo soy los ojos del que nada siente,
Yo celebro los rizos fríos de la muerte,
Yo escondo entre temores el dolor de los extraños,
Yo cumbido tartaletas de sangre,
En lúgubres lugares de ensueño.
Pero aun así no tengo miedo. No tengo miedo
Del rechazo de la incertidumbre e indignidad
Yo soy una rosa negra que aun no marchita,
Yo aspiro los vapores de lo putrefacto de aquella vida,
Yo trato de ahogar tu dolor,
En las negras aguas del sentir humano,
Que profundo y trémulo te acosan,
Tratando de desentrañar las oscura e insensata
Inocencia que trata de opacar tu alma.
Yo soy por ti lo que el viejo barco de la existencia ha
Desechado.
Y me desvanezco entre sombras
Para que no te asustes más.
Yo celebro los rizos fríos de la muerte,
Yo escondo entre temores el dolor de los extraños,
Yo cumbido tartaletas de sangre,
En lúgubres lugares de ensueño.
Pero aun así no tengo miedo. No tengo miedo
Del rechazo de la incertidumbre e indignidad
Yo soy una rosa negra que aun no marchita,
Yo aspiro los vapores de lo putrefacto de aquella vida,
Yo trato de ahogar tu dolor,
En las negras aguas del sentir humano,
Que profundo y trémulo te acosan,
Tratando de desentrañar las oscura e insensata
Inocencia que trata de opacar tu alma.
Yo soy por ti lo que el viejo barco de la existencia ha
Desechado.
Y me desvanezco entre sombras
Para que no te asustes más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario