26 febrero 2008

Que desgracia



¡Que desgracia!
los tulipanes de mis entrañas enloquecen, y mis sesos
de caramelo se fragmentan en el hielo de la espuma
los empeños de mis blancos fingen ante mis absurdos
y lo blanco desaparece.

Al igual que la luna he deseado devorarme
es más fácil desnudarse con la boca de la duda
mientras la desnuda te deja loca, estas lejana
fuera del abrigo autista,
expresándose en el empeño de sus dedos
incomunicando sentimientos.
Blancos como los Tulipanes,
ellos siempre fingen mientras empujan,
y mi traquea se cierra como cerradura de ladrones.

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