08 octubre 2008

Sin algun nombramiento


Esa voz que resuella en la periferia, molida
en el viento de lo imprescindible, mascullando
en la lengua el ismo de las pezuñas.

Golpes que desaparecen, ante mentes del fierro,
reunidas en el principio del homenaje
a la masa que es la nostalgia.

-Esa otra orilla- ruge cuando toca
la chufa de los claveles, naciendo
entre lo suyo y el nudo de los ojos.

El follaje corta las arrugas del cuerpo
de las alcobas, las escrituras de la luna
se posan sobre los parterres.

El caballo es hijo del tiempo y discípulo
de la muerte. Paciencia estrella mia, pronto
la noche nos besará el polvo

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